domingo, 7 de julio de 2019

Historia de terror I



Es increíble como todo puede cambiar en un solo segundo, aparte como todo puede ser insano y que para alguien es sumamente normal.
Pues sin mas que decir la historia es así:

¡Al fin! ¡Al fin es mi cumpleaños! ¡Llevo esperando este día todo el año! Es mi cumpleaños número... Bueno, no lo sé, no sé contar. Mis hermanos también están de cumpleaños el día de hoy, la mayoría son mayores que mí, bueno, eso creo, porque aparentan ser mayores. Tengo, ahh... Jake dice que somos siete, yo, George, mis hermanos, Jake, Luke, Zack, Kevin, y mis otras hermanas, Silvia, y Matilde. Sí, siete hermanos, y todos cumplimos el mismo día, no crean que todos nacimos el mismo día, ¿Qué probabilidad hay que eso pase? ¡Ja! No, el caso es que nuestros padres decidieron que este día celebrarían el cumpleaños de todos, y yo estoy muy feliz, porque al fin nos darán el regalo que tanto anhelé.

Sí tengo que describirme, soy un chico regordete, de mejillas grandes, y de complexión robusta. Me encanta comer, y es por eso que deseo tanto que mamá y papá lleguen con nuestro preciado regalo.
En este día ellos bajan al sótano dónde estamos todos, dejan el regalo y nosotros podemos divertirnos y jugar con él.
¿Qué cuál sótano? Jajaja, ¿No mencioné que vivimos en un sótano? Pues sí, mis hermanos y yo vivimos en un sótano, mis padres jamás nos han dejado salir de aquí, nunca. Bueno, Silvia fue la única que estuvo tiempo afuera, pero de allí, todos hemos vivido nuestras vidas aquí abajo. Según dicen ellos que es para mantenernos a salvo de los peligros que hay afuera. Para entretenernos tenemos juegos de mesa, libros, y una tele vieja que solo tiene un canal. Allí es donde Luke se la pasa tirado todo el día, casi nunca despega la vista de la TV.

Aquí abajo casi no hago mucho, la verdad. Mi pasatiempo favorito es comer; mamá y papá dejan un cubo lleno de comida todos los días, y es cuando me siento a hacer lo que más me gusta.
Matilde se la pasa leyendo sus libros, se ha leído todos y cada uno de los que están en el estante, o eso dice ella, ya que nadie nunca le enseñó a leer, siempre se jacta de que es la más inteligente de todos, y nos dice ignorantes y analfabetas... No sé qué significa, así que no le tomo importancia.

A quién sí le molesta es a Zack, constantemente está discutiendo con todos, se enfurece al más mínimo comentario o detalle. Nos grita a todos, y a veces nos golpea. Una vez me golpeó con un ladrillo por haberme comido su parte de la comida.
Jake se la pasa todo el día tocándose allí abajo, para eso usa un libro que había en la repisa, en el hay fotos de mujeres, y eso, aunque también se la pasa tocando a Matilde y Silvia, pero a ellas parece no gustarles mucho, menos a Silvia, que siempre quiere quedarse con todo, con la comida, con la tele, con el sofá, con la comida y a la cuál no le gusta que toquemos nada de sus cosas. Es pura basura en un cajón, pero ella las ve como un tesoro.

Kevin siempre quiere robarle las cosas, le molesta que ella tenga más cosas que él, se enoja al ver que nuestros padres nos dan cosas, y siempre reniega de que a él le toca siempre lo peor.

Pareciera una familia un poco disfuncional, pero, así nos ha tocado vivir toda nuestra vida. Y así la hemos pasado cada día de nuestro existir, y bueno, son mis hermanos, así que debo de quererlos hagan lo que hagan.

Escuchamos que mamá y papá llegaron los fin, todos nos pusimos muy emocionados al escuchar el auto estacionándose afuera, y como abrían la puerta de la sala. Yo empecé a dar saltos de felicidad, ya era hora de nuestro regalo. Podía escuchar cómo papá se acercaba a la puerta del sótano con lo que sería nuestro amado presente. La puerta se abrió dejando entrar así la luz que dañaba mis ojos; papá bajaba las escaleras lentamente, el regalo era pesado, así que era uno grande. No podía estar más feliz en ese entonces. Cuando al fin bajó vi como en sus hombros traía a una linda chica, amarrada de pies y manos, con una cinta en la boca que hacía que sus gritos de ayuda se escucharan ahogados.

Cual costal de papás la tiró en el piso, mientras nosotros aguardábamos sentados en el piso, esperando a ya poder disfrutar nuestro cumpleaños. No olvidaré la mirada en su rostro; denotaba miedo, desesperación, y preocupación. Las lágrimas mojaban sus bellos ojos azules, los cuales hacían que estos se vieran brillantes como estrellas en la noche. Todos empezamos a acercarnos a ella lentamente, sus gritos y pujidos eran apasiguados por la cinta gris de sus labios, parecía que con la mirada nos decía que retrocediéramos, lo cual nos hacía querer ir más donde ella. Los siete juntos nos lanzamos a por esa dulce y linda chica, la cual se retorcía insesantemente tratando de soltarse de las ataduras, todos nos peleábamos por quedárnosla, Zack, con su temperamento tan agresivo comenzó a lanzar patadas y gritos que nos hicieron retroceder, entonces con esa mirada tan demoníaca que tenía dijo: -- Yo jugaré primero con ella.-- Él era el más grande y fuerte de todos, así que nadie objetó a sus palabras, y sólo nos sentamos a ver cómo estrenaba nuestro juguete.

Tomó a la chica del cabello y comenzó a arrastrarla hasta la otra esquina del cuarto, comenzó a golpearla fuertemente con sus puños, le lanzaba patadas que hacía que se escuchara como los huesos de la chica se desviaran de sus ligamentos. Quitó la cinta de su boca para deleitarse con el aquejante sonido de sus gritos y el llanto tan desgarrador que esta producía al sentir los puños y pies de Zack impactando contra su cuerpo.

Pasó un largo rato, Zack se miraba exhausto, el sudor caía por su cuerpo mientras que respiraba agitado el ver a la chica casi muerta en el piso por su brutal paliza. Con ella se había desquitado todo un año de ira acumulada, así que se apartó sonriendo mientras decía -- Diviértanse.--

Kevin estaba súper enojado, se paseaba por toda la habitación tirando cosas, envidioso de que Zack hubiera sido el primero. Ya que él estaba haciendo berrinches atrás, Jake no titubeó ni un segundo en acercarse a la chica, a la cuál ya le costaba respirar, mientras que al toser lanzaba pequeñas cantidades de sangre brotaban de su boca. Se acercó lentamente a sus labios sangrantes y comenzó a besarla mientras acariciaba sus hermosos rizos rubios. La chica ya no oponía resistencia, su cuerpo ya no se podía mover, sólo le quedaba a esperar las horribles cosas que nuestras mentes maquinaran. Jake la comenzó a desvestir para después empezar a abusar de aquel cuerpo al borde de la agonía, a mí no me gustaba ver eso, así que me di la vuelta sólo escuchando detrás el sonido de los gemidos tan horribles que emitía Jake. Luego de un rato, se apartó de ella riéndose como un loco dejándonos paso libre a continuar con el juego.

Matilde, al ver que ya dos personas habían jugado con ella no quiso acercársele más por su gran orgullo, diciendo que ella no tocaría nada que ya hayan usado sus "asquerosos hermanos" y Kevin, tan envidioso como siempre, sólo se limitó a remilgar de que nunca le dejaban ser el primero, era tal su furia, que al igual que Zack decidió desahogarse golpeado en repetidas a la chica. Mientras la golpeaba la insultaba diciéndolo cosas como "¡¿Por qué no puedo tener una vida como la tuya?!" "¡¿Por qué no puedo tener una vida normal?!" mientras la ahoracaba con fuerza. La chica ya ni siquiera se quejaba, sólo sentía los fuertes golpes de ira provocados por la envidia de Kevin. Fue tal la golpiza, que la chica dejó de respirar y dejó caer su cabeza a un lado mientras su mirada parecía perdida.

-- ¡Ya ves, Kevin! ¡Ya la mataste! -- gritó Silvia enojada. -- ¡¿Y eso qué?! ¡Tú no querías jugar con ella! -- replicó Kevin furioso. Silvia enojada se acercó a Kevin apartándolo de la chica y se agachó para quitarle todo lo que ésta trajera puesto, Silvia al fin tenía nuevos tesoros, que era lo que le importaba, saciar su codicia. Luke parecía sólo divertirse viendo como todos jugaban con el nuevo obsequio de nuestros padres. Parecía que no tenía interés en jugar, eso quería decir que era mi turno, al fin llegó la hora de que me diera un sabroso festín de cumpleaños.

Les mencioné anteriormente que la cosa que más disfruto es comer, y pues eso es lo que haré, darme una sabrosa cena como regalo.
Mi boca se hacía agua al sentir el olor de la sangre fresca emanar de las heridas de aquella linda joven. Pasé mi dedo por una de aquellas heridas para después meterlo en mi boca y saborear aquel dulce elixir color carmesí. No resistía más, quería comer hasta reventar. Tomé un cuchillo de la mesa y con ansias comencé a cortar un pedazo de su brazo, entonces miré como frunció su cara levemente, jajaja, no estaba muerta aún. Su piel era suave y tersa, mientras que iba cortando un charco de sangre se formaba bajo mí, era hermoso. Puse aquel pedazo de carne fresca en mi boca y comencé a saborearlo, era el más deliciosos festín. Mi hambre era tanta que comencé a encajar mis dientes directamente en la chica, y a arrancar pedazos de carne, piel, y cartílago. Con el cuchillo abrí su estómago para después meter mis manos y sacar sus órganos, los cuales masticaba como si de una pasta aguada se tratase.

Saqué uno de sus ojos, y lo puse en mi boca masticándolo lentamente. No quería parar de saborear aquel delicioso manjar de ángeles.

Seguí comiendo a más no poder, tanto que casi sólo se podía ver hueso en la mayor parte del cuerpo. Luke, desde el sofá sólo disfrutaba el espectáculo caníbal, y por momentos cortaba pedazos de carne para tirarselos y comer juntos, lo cuál el agradecía. Papá y mamá siempre sabían como alegrarnos, sin duda alguna fue el mejor regalo de cumpleaños







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Créditos de la historia reportarse por favor.

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