domingo, 30 de junio de 2019

Mi libro (una pequeña parte) Como mi padre conoció a mi madre.

Librerías encantadoras – ideas de decoración con estanteríasRecuerdo vagamente la historia de cómo mi padre conoció a mi madre, fue un día muy caluroso ¡Exageradamente caluroso! Recuerdo que mi padre resaltaba esas palabras gritando. Mi padre vagaba hundido en los pensamientos de “ser alguien en la vida” lose estoy traumado con eso, él no sabía exactamente que hacer o de que vivir, mi abuelo no lo quería en nada y siempre le decía inútil, bueno hasta la fecha lo sigue haciendo las únicas palabras positivas que salieron de su boca al referirse a su hijo fueron “bien hecho tu esposa es un mujeron” y es cierto es un mujeron. Mi padre ostentó en sus pensamientos caminaba sin rumbo fijo en una tarde calurosa, preocupado sin saber que hacer se dio cuenta que estaba a unos
pasos de llegar al parque de la ciudad y ya que estaba cerca del dicho parque, se decidió y fue a reflexionar en los caminos construidos rodeado de naturaleza, recuerdo que me había dicho detalles que carecían de importancia, como su gran aventura al comprar un helado de limón, chistes sin gracia para hacer la historia más entretenida o su intento por acercarse a una muchacha que viéndolo de una manera matemática o científicamente estaba fuera de su alcance. El nunca fue famoso o habilidoso con las mujeres, afirmaba que antes de mi madre tuvo muchísimas novias, pero yo sé que era mentira y mi madre fue la única. Decepcionado y aún más preocupado por el simple hecho de que no era bueno en nada, decidió que era momento de actuar y dejar de darle rienda suelta a la pereza, pero era malo en los Deportes, en las artes, en el estudio, en el amor, hasta en los trabajos era inservible. Mi abuelo lo metió ayudar en el taller en el que él estaba a cargo, mi padre estuvo a punto de mocharse un dedo si no fuera porque un compañero lo ayudó, cuando lo pusieron a soldar un tubo, quemó la machina de soldar y aparte de que no se puso el equipo de protección personal le ardían los ojos en la madrugada a tal grado del llanto, simplemente patético, una decepción completa para mí abuelo.
Se sentó en una banca junto a unos árboles majestuosos, con la mirada completamente nublada y al borde de tirar la toalla noto que alguien estaba sentado a su lado, tan absorto y tan perdido se encontraba que no notaba a la muchacha sumamente hermosa en la cual se posicionaba alado suyo, era un gran logro estar sentado en la misma banca que esa hermosura y eso animo su estado un poco, quería hablarle pero no se atrevió aparte que tenía los ánimos en el suelo debido a sus intentos fallidos de acortejar a alguien y así decidió no hacer nada y se concentró en sus pensamientos suicidas. era inútil fingir no podía concentrarse por culpa de la muchacha, con el rabillo del ojo no dejaba de admirarla, intentaba tácticas inútiles para verla completamente pero no se atrevía pensando que eso la incomodaría, al poco rato se percató de que ella estaba hundida en sus pensamientos al igual que él hace un rato, se dio cuenta que ella no notaba la existencia del que estaba alado suyo. El la miro detenidamente y una palabra salió sin permiso alguno de sus labios, las cuales fueron, ¿Esta bien? Sorprendido, jamás en su vida se había animado incluso a decir buenos días a una mujer, cuando una mujer le hablaba se quedaba mudo, simplemente nunca intercambio palabras alguno con mujeres. Ella al oír las suaves palabras que provenían de un muchacho sencillo y poco descuidado dirigió la mirada y los dos se encontraron absortos, mirándose fijamente a los ojos y en breve ella respondió -no lose- según mi madre mencionó que una brisa enriquecedora se deslizó por todo el panorama haciendo que las ramas de los árboles se movieran al ritmo del viento llevándose consigo las hojas caídas y por las que estaban a punto de caer, el viento era tan enriquecedor que incluso los problemas que los dos llevaban se fueron con el viento.

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